Tania Magro, Hacia la ciudad inclusiva

Tania Magro: Hacia la ciudad inclusiva from PublicSpace.Tools Barcelona on Vimeo.

Presentación

Mi nombre es Tania Magro Huertas, soy de Valencia y vivo en Barcelona desde hace más de 10 años, soy arquitecta.

Estudié arquitectura en Valencia. Allí trabajé unos años pero, más adelante, me vine a Barcelona a estudiar un Master de Vivienda que me interesó mucho. Luego hice otro Máster de Teoría e Historia de la Arquitectura, el cual me permitió introducirme en el doctorado.

En esos años estuve trabajando con Montaner-Muxi en su oficina, haciendo trabajos de investigación en urbanismo y en vivienda. También colaboré con Col·lectiu punt 6 donde durante un tiempo trabajé en temas de urbanismo con perspectiva de género. En ese tiempo fui miembro del grupo de investigació Arxiu Critic del Model Barcelona cuyo investigador principal fué Josep Maria Montaner. Fue dentro de ese grupo de investigación donde empecé a desarrollar mi tesis doctoral.

En paralelo empecé a asistir a los encuentros de Arquitecturas Colectivas. Esto y el trabajo con Montaner-Muxí y Col·lectiu Punt 6, de alguna manera, reorientaron mi práctica profesional hacia una arquitectura con perspectiva social y de género.
Trabajé durante un tiempo con La Panadería en Sevilla en temas de vivienda y participación, y por otro lado, formamos Encajes Urbanos, que es la asociación donde  trabajo actualmente.

Con encajes urbanos empezamos con un trabajo más activista, desarrollando proyectos como “sistema solar” o “Azoteas colectivas” y colaborando con algunas experiencias urbanas en Valencia y Barcelona como “Solar Corona” o “Espai Germanetes”. Con el tiempo, hemos orientando el trabajo a nivel más profesional trabajando en arquitectura y urbanismo desde una perspectiva social y mediante herramientas participativas.

¿Puedes explicarnos el argumento de tu tesis doctoral?

La tesis doctoral la defendí en el año 2014 con el título  “Hacia la ciudad inclusiva, prácticas sociales urbanas en Barcelona, 1969-1979”. Como comentaba anteriormente, la tesis se desarrolla en el contexto del grupo de investigación Arxiu Critic Model Barcelona, en el cual se establece una primera etapa de “construcción del modelo” en el periodo previo a los años ochenta.

Portada del libro “Archivo crítico Modelo Barcelona”
Imagen 01: Portada del libro “Archivo crítico Modelo Barcelona”

 

Se trata de un periodo en el que el movimiento ciudadano de Barcelona emerge con mucha fuerza y participa activamente tanto en la transformación urbana como en la orientación/construcción de un nuevo modelo urbano  alternativo, frente al modelo capitalista y desarrollista que marcaba el crecimiento de la ciudad en aquellos años.

Justamente de esto trata mi tesis: analizar la práctica social urbana del movimiento ciudadano en Barcelona en los años setenta, la cual contribuyó, planteado como hipótesis,  a la orientación de un modelo de ciudad alternativo, entendiendo la realidad social y la experiencia cotidiana como elementos fundamentales de todo enfoque científico del desarrollo urbano. Se trataba también en la investigación de visibilizar ese otro modelo urbano orientado por la práctica social, con el objetivo de mostrar sus características y la necesidad de una ciudadanía activa que participe en la construcción de las mismas.

Documento de Tesis.
Documento de Tesis. PDF descargable en http://www.tdx.cat/handle/10803/277359

 

Algo interesante de la tesis ha sido el poder comparar los resultados del análisis de las prácticas sociales urbanas de los años 70´ con las prácticas actuales. Se analiza el pasado para entender el presente y pensar el futuro.

La tesis se estructura en dos grandes partes: Las prácticas sociales urbanas donde nos preguntamos: ¿Qué son las prácticas sociales urbanas?, ¿En qué contexto se desarrollan?, ¿Qué tipo de conflictos existen en este contexto?, ¿Qué se reivindica?, ¿Qué personas o colectivos desarrollan estas prácticas? Y Los espacios de inclusión, donde nos preguntamos: ¿Cómo se desarrollan las prácticas sociales urbanas?, ¿Cómo se conforman estos espacios de inclusión?, ¿Cómo se participa en la construcción de ciudad?, ¿Cómo se organizan los MSU?, ¿Cómo se difunden las experiencias?, ¿Cómo se comparten las herramientas o recursos? En definitiva estamos planteamos el QUÉ, ¿Qué es? y el CÓMO ¿Cómo se hizo?

¿Cuáles eran las principales reivindicaciones sobre el espacio público en la Barcelona metropolitana de los años 70?

La ciudad crecía según un modelo urbano capitalista y desarrollista que no tenía en cuenta las necesidades de las personas, donde se multiplicaban las operaciones inmobiliarias especulativas, donde había grandes diferencias entre centro y periferia, segregación e incomunicación de algunos barrios, falta de espacios de vida, falta de servicios y de equipamientos.

 

Imagen 03: Barrios periféricos de Barcelona sin urbanizar, calles sin asfaltar o adoquinar.
Fuente: Maspons; Ubiña, Cuadernos de Arquitectura nº 60, 1965

 

Esta situación urbana de precariedad, falta de habitabilidad en los barrios y especulación urbanística provocó la reacción de los vecinos y vecinas que, apoyados por un movimiento de crítica al urbanismo oficial desde los Colegios Profesionales, desde el ámbito intelectual y desde la prensa y medios de comunicación, se conformó en un movimiento ciudadano, sobre todo vehiculizado a través de las asociaciones de vecinos, las cuales se organizaron por la mayoría de barrios de la ciudad.

Porque el barrio, entendido como una unidad vecinal, significó una forma de supervivencia frente a las consecuencias del capitalismo en la ciudad. En el barrio era donde se desarrollaba la vida cotidiana y donde era más fácil encontrar valores de solidaridad entre las personas. Además el barrio constituía un espacio acotado fácilmente medible en cuanto a déficits y necesidades.

 

Déficit urbanístico por distritos en Barcelona en 1968.
Imagen 04: Déficit urbanístico por distritos en Barcelona en 1968.
Fuente: Bordetas Jiménez, Iván. Nosotros somos los que hemos hecho esta ciudad. Auto organización y movilización vecinal durante el tardofranquismo y el proceso de cambio político. Barcelona, 2012. P. 165

 

Una de las reivindicaciones más potentes del movimiento ciudadano fue justamente la producción de espacio público: desde la urbanización y la señalización de las calles hasta la reivindicación de zonas verdes, zonas deportivas, plazas o equipamientos. En relación al espacio público, también se empezaron a reivindicar cuestiones medioambientales, como la contaminación acústica o la polución generada sobre todo por las antiguas fábricas e industria.

Reivindicaciones del movimiento vecinal entre 1960 y 1988.
Imagen 05: Reivindicaciones del movimiento vecinal entre 1960 y 1988.
Fuente: Domingo i Clota, Miquel; Bonet i Casas, Maria Rosa. Barcelona i els moviments socials urbans. Fundació Jaume Bofill. Editorial Mediterrània. Barcelona, 1998

 

No solamente se reivindicó la producción de espacio público sino que también se propuso dónde  se quería y cómo se quería. Para ello, el movimiento ciudadano construyó sus propios espacios de democracia directa: espacios ocupados, concursos, exposiciones de barrio, encuentros y jornadas, planes populares, informes o comisiones mixtas y de control.

Veamos algunos ejemplos:

En 1973 los vecinos y vecinas de Ciutat Meridiana convocan  el  “I Concurso de caza mayor” para visibilizar las malas condiciones de habitabilidad del barrio, el problema de la suciedad y, en concreto, el problema de la existencia de ratas. La falta de servicios en el barrio provocó el acumulo de basuras y en consecuencia la presencia de ratas. El concurso era más que nada una acción reivindicativa que pretendía denunciar esta situación y visibilizar el conflicto.

En 1974 la revista Quatre Cantons y la Asociación de Vecinos de Poble Nou denunciaban la suciedad de la Mar bella y la calificaban de vertedero de la costa. Frente a esta situación el movimiento vecinal decide convocar un concurso popular, animando  a buscar “el objeto más insólito” entre los escombros de la playa, como denuncia de las malas condiciones en la que se encontraba.

En ambos casos, se trata de una acción colectiva, a modo de performance donde un grupo de personas organizadas sale a la calle, con el objetivo, ya no de ganar el premio, sino de visibilizar la propia acción de búsqueda. En el desarrollo de la misma será donde se visibilice la problemática urbana. Se trata por lo tento de un acto simbólico y reivindicativo que no busca más que visibilizar y comunicarla tanto al barrio como al resto de la ciudad dicha problemática a través de la acción propiamente dicha pero también a través de su difusión previa, a través de los boletines, revistas, prensa y radio. Esta difusión también llegará al Ayuntamiento y por lo tanto significará una manera de avisar, un toque de atención al responsable de solucionar el problema.

Cartel anunciando el I concurso de caza mayor Ciudad Meridiana.
Imagen: Cartel anunciando el I concurso de caza mayor Ciudad Meridiana.
Fuente: 9 barrios. Hoja informativa de la Asociación de Vecinos del sector Vallbona, Torre Baró, Trinidad, que comprende también los barrios de Verdún, Roquetas, Prosperidad, Guineueta y Ciudad Meridiana. Asociación Multigrafiado. Barcelona, Agosto 1973.
Acción colectiva y reivindicativa: Recorrido entre los escombros de la Mar Bella.
Imagen: Acción colectiva y reivindicativa: Recorrido entre los escombros de la Mar Bella.
Fuente: FAVB. 1970-2012: 40 anys d´acció veïnal. Quaderns de carrer.
Editorial Mediterrània. Barcelona, 2010

 

En Sants, después de realizar una encuesta entre los vecinos y vecinas del barrio, el movimiento vecinal inauguró en 1973 una exposición con el título: “Cop d´ull a Sants”, donde se mostraban las necesidades del barrio. Más adelante, el movimiento se organizó en una plataforma reivindicativa con el propósito de recuperar los grandes solares industriales, recuperar para uso colectivo las antiguas cocheras de tranvías y la “Casa del Rellotge” y luchar en contra del paso elevado previsto por la plaza Salvador Anglada, actual Plaza de Sants. Desde entonces, el trabajo colectivo fue constante: concursos, exposiciones, asambleas, recogidas de firmas, negociaciones, encuestas o fiestas populares, todos ellos espacios construidos por la propia ciudadanía que permitieron incluir sus necesidades en la transformación se su barrio.

Cartel de la campaña “Salven Sants dia a dia, ni pas elevat ni museu del tranvia”.
Imagen: Cartel de la campaña “Salven Sants dia a dia, ni pas elevat ni museu del tranvia”.
Fuente: Martí Gómez, Josep; Marcè i Fort, Josep. Centre social de Sants. Una experiència associativa. Llibres de l´Index S.L. Barcelona, 1996.

 

En 1974, los vecinos y vecinas de Sant Andreu y de la Sagrera ocuparon temporalmente los terrenos donde se ubicaba antiguamente la fábrica de camiones Pegaso. Al marcharse la fábrica de Sant Andreu, dejaba libres 80.000 m2 de superficie, los cuales fueron reivindicados inmediatamente por los vecinos para construir una escuela y un parque.

Ocupación terrenos de La Pegaso.
Imagen: Ocupación terrenos de La Pegaso.
Fuente: Pradas, Rafael.  “Ocupaciones populares de terrenos”. CAU: construcción, arquitectura, urbanismo, nª 27, 1974

En Noviembre de 1973 los vecinos y vecinas de Verdum, Roquetes y Trinitat Nova, más los jóvenes de los centros sociales, organizaron en Nou Barris una olimpiada popular. Con el objetivo de conseguir espacios deportivos y zonas verdes, además de denunciar la especulación en torno a las zonas previstas para equipamiento; también pretendían con esta práctica llamar la atención de la opinión pública, las autoridades y el vecindario, sobre el problema urbano. Las Olimpiadas Populares de Nou Barris tuvieron lugar durante varios domingos al aire libre en distintas zonas del barrio, ocupando y usando el espacio público. Durante el acto de clausura, celebrado en el Centro Social de Roquetes, se explicaron los problemas del distrito: solares que podrían dedicarse a uso público y operaciones especulativas en los mismos.

Olimpiada Popular en Roquetes.
Imagen: Olimpiada Popular en Roquetes.
Fuente: Blog de l´Arxiu Històric de Roquetes, Nou Barris

 

Durante la segunda información pública de la Revisión del Plan Comarcal y después de numerosas impugnaciones a la primera Revisión, la AVV de la Verneda Alta decide elaborar su propia  alternativa urbanística: el Plan Popular. Éste documento fue firmado por 1.500 personas y fue presentado en el Término Reglamentario de la Corporación Metropolitana. El Plan Popular se aprobó en Asamblea de vecinos el 9 de Junio de 1978 y se concibió como un documento inacabado que se iría completando y enriqueciendo con nuevos aspectos conforme fuera respondiendo a los distintos planes que afectaban al barrio. El documento consta de un plano y 14 páginas donde vienen definidos la situación del barrio, las propuestas generales y las reivindicaciones concretas en torno a la reutilización de solares, las zonas verdes, los equipamientos, el transporte, la vivienda, los servicios públicos y el medioambiente. Además se indican otras cuestiones como el coste económico del Plan Popular, el control popular y la participación ciudadana, el papel de las movilizaciones y la auto organización, la importancia de fomentar la vida colectiva, el papel de las AAVV y de las entidades del barrio y, por último, se exponen algunas reivindicaciones políticas generales. El Plan Popular de la Verneda Alta trata cuestiones inmediatas de construcción del entorno físico de la vida cotidiana a nivel cuantitativo y cualitativo, pero también cuestiones más globales que tienen que ver con la gestión, la economía, el control popular, la auto organización, la solidaridad y la política.

Portada del documento y plano indicando las reivindicaciones populares
Imagen: Portada del documento Plà Popular de la Verneda Alta.
Fuente: Plà Popular de la Verneda Alta. Associació de Veïns de la Verneda Alta. 09-06-78. Consultado en Archivo Pabellón de la República.
Plano indicando las reivindicaciones populares
Imagen: Plano indicando las reivindicaciones populares

 

¿En qué momentos toma especial importancia el papel de las mujeres en la lucha por el derecho a ciudad y particularmente respecto del tema del espacio público en el contexto local?

Las mujeres fueron muy importantes, incluso a veces, protagonistas de muchas movilizaciones. Sin embargo su trabajo fue muchas veces invisible. No aparece específicamente en la historia oficial ni en la bibliografía sobre movimiento social urbano y movimiento vecinal en Barcelona. Sin embargo, cuando te vas a los archivos y te fijas en las fotografías de la época, siempre aparecen mujeres. Eran ellas quienes iban a las manifestaciones, las que se encerraban en los locales y escuelas, las que ocupaban solares.

Mujer reivindicando espacio público
Imagen: Mujer reivindicando espacio público
Fuente: AADD. “La ciutat i les dones”. La veu del carrer, nº 91, 2005

Es lógico, las mujeres en ese momento eran las responsables  al cien por cien del trabajo reproductivo, el trabajo de los cuidados. Muchas de ellas también tenían un trabajo productivo y por tanto tenían que, por una parte,  compaginar estos dos trabajos, y por otra parte, encontrar espacios donde poder compaginarlos. Las malas condiciones de las viviendas y de los barrios afectaban por lo tanto directamente su vida cotidiana muchísimo, y aunque solo fuera por instinto de supervivencia, salían a la calle y revindicaban sus necesidades más básicas.

Cartel de la Vocalía de Mujeres
Imagen: Cartel de la Vocalía de Mujeres de la AVV de l´Esqueera de l´Eixample, 1977.
Fuente: Nash, Mary. Dones en transició. Regidoria de la Dona, Ajuntament de Barcelona. Barcelona, 2007.

 

Sobre todo a partir de 1975, que fue el Año Internacional de la Mujer y fue cuando se empezaron a celebrar los primeros grandes encuentros de mujeres después de la dictadura. Tanto en Madrid como en Barcelona se celebraron estos encuentros: en 1975 las primeras jornadas de la mujer en Madrid y en 1976 las Jornadas Catalanas de la Mujer en Barcelona. Lo curioso y significativo es que en ambos encuentros una de las  ponencias magistrales principales, relacionaba a la mujer con los barrios: “mujer y barrios” en Madrid, “dones i barris” en Barcelona. Esto es realmente interesante pues uno de los temas más importantes a tratar por estas mujeres, después de más de  40 años sin poder reunirse de manera oficial, era visibilizar y poner en evidencia la relación intensa entre las malas condiciones de los barrios y la vida cotidiana de las mujeres, su independencia y  su emancipación a través del trabajo. Si en el barrio no había guardería o no había colegios, las mujeres no podían ir a trabajar. Si en el barrio no había una zona verde, las mujeres no podían llevar a los niños a jugar. Si en el barrio las calles no estaban pavimentadas cuando salías de casa te manchabas los pies de barro. Si al barrio no llegaba el transporte público no podías irte a otro barrio a trabajar.

A partir de ahí, las mujeres empezaron a trabajar por sus derechos  a través de las asociaciones de vecinos, vocalías de mujeres y organizaciones propias.  Y no solo desde de los barrios, sino también desde el movimiento feminista y a través del movimiento universitario o del movimiento político, muchas mujeres lucharon por su derecho a la ciudad.

Entrada a la sede de la Tribuna del año internacional de la mujer
Imagen: Entrada a la sede de la Tribuna del año internacional de la mujer
Fuente: Nash, Mary. Dones en transició. Regidoria de la Dona, Ajuntament de Barcelona. Barcelona, 2007.

 

En la tesis se analizan documentos de Asociaciones de Vecinos, documentos del PSUC, documentos del Movimiento Feminista o documentos del Movimiento Democrático de Mujeres, donde se habla específicamente de la cuestión de los barrios en relación al bienestar y a la vida  cotidiana de las mujeres.

Lo que pedían estas mujeres, desde los distintos ámbitos antes mencionados, era: colegios y guarderías en todos los barrios, guarderías públicas y con horarios flexibles, comedores económicos, servicios colectivos, diversidad tipológica en las viviendas, parques y zonas verdes, escuelas de adultos, gestión democrática de servicios y equipamientos, ordenación urbana con planteamientos colectivos.

Con respecto al espacio público, las reivindicaciones de las mujeres en particular tenían que ver sobre todo con cuestiones de seguridad,  autonomía y emancipación pero también de identidad y representación política. Es decir, acabar con la división tradicional entre espacio público y privado, y fomentar la participación de las mujeres.

¿Cómo explicarías la evolución y los cambios de rumbo en la reivindicación de espacio público desde los años setenta hasta nuestros días?

En mi opinión, hay diferencias y similitudes. Existen similitudes en cuanto al cómo se revindica el espacio público, actualmente seguimos ocupando solares, seguimos haciendo pintadas en muros, seguimos reuniéndonos en asambleas, seguimos utilizando las mismas herramientas que en esos años. Utilizamos también otras herramientas, por supuesto, pero seguimos utilizando las mismas de antes. Hay diferencias seguramente en el contenido de esas reivindicaciones. Si bien en los años 70 se trataba más de cuestiones cuantitativas que tenían que ver con el crecimiento de la ciudad, ahora se trata más de demandas  cualitativas que tienen que ver con el desarrollo de la ciudad.

Las Jornadas Catalanas de la mujer celebradas en el paraninfo de la Universidad de Barcelona.
Imagen: Las Jornadas Catalanas de la mujer celebradas en el paraninfo de la Universidad de Barcelona.
Fuente: Aymerich, Pilar. Museu d´Història de Catalunya. Memoria d´un temps 1975-79. Fundació Caixa Sabadell. Sabadell, 2004.

 

¿Cómo ha variado el papel que han ejercido los perfiles técnicos y profesionales en esa evolución?

 

El papel de los perfiles técnicos y profesionales es otro de los temas que me interesó mucho durante la investigación.

En esos años, los arquitectos colaboraron con el movimiento vecinal en concursos,  exposiciones, elaboración de planes populares y en comisiones mixtas. Su labor fue la de asesorar, informar, interpretar la legislación, traducir el lenguaje técnico, hacer peritajes y mediar muchas veces entre el movimiento y la administración. Pero la implicación de estos profesionales no sólo fue a nivel técnica sino que también fue a nivel política. Se produce un cambio en los roles del arquitecto tradicional con respecto a la construcción de ciudad, ya que ya no es aquel que dice como tienen que vivir las personas, sino que actúa como mediador y traductor.

La colaboración del movimiento vecinal con otros técnicos y profesionales se realizó en dos sentidos. Por una parte el movimiento vecinal trabajó de manera conjunta, en grupos de trabajo, con técnicos y profesionales, como fue el caso de la elaboración de los planes populares. Por otra parte, el movimiento vecinal encargaba a un técnico, o grupo profesional externo, la elaboración de un trabajo en torno a una cuestión específica, como fue el caso de la elaboración de informes técnicos y peritajes, o trabajos que tuvieran en cuenta las necesidades de los vecinos.

En todo caso, existía una tendencia a la multidisciplinareidad de los equipos de trabajo en la construcción de ciudad. Solo desde la suma de saberes se podía abarcar el conocimiento necesario en torno a las distintas capas de información que conformaban el urbanismo  y  la ciudad. Esta multidisciplinareidad se veía también en la colaboración del movimiento vecinal con otros grupos o movimientos que también estaban implicados en la transformación urbana: con el movimiento feminista a través de las vocalías de mujeres y grupos de mujeres autónomos; Con los partidos políticos; Con abogados, ingenieros y periodistas. Todos ellos, en la medida en que se implicaron en la construcción participativa del hábitat y reivindicaron el derecho a la ciudad propio o ajeno, formaron parte del movimiento vecinal.

Algunos colegios profesionales colaboraron con el movimiento ciudadano, pero en concreto el Colegio de Arquitectos, dedicó la O.I.U. (Oficina de Información Urbanística) a la acción pública y ciudadana para desarrollar una labor de denuncia, información y asesoramiento en defensa de los intereses de las personas. La O.I.U., además de generar un archivo de información, impugnó desordenes urbanísticos y ofreció un servicio de asesoramiento técnico al movimiento vecinal, hasta su desmantelamiento en 1974. La revista Cuadernos de arquitectura y urbanismo sirvió como plataforma de difusión para la O.I.U y de comunicación con el movimiento ciudadano.

Recorte de prensa. “Diari de Barcelona”, 14-01-75.
Imagen: Recorte de prensa. “Diari de Barcelona”, 14-01-75.

 

Carta de una vecina del Carmelo al señor director de la revista “Cuadernos de Arquitectura”
Imagen: Carta de una vecina del Carmelo al señor director de la revista “Cuadernos de Arquitectura”
Fuente: “Cuadernos de Arquitectura”nº 81, 1971

¿Qué recomendaciones darías para una sana participación en materia de desarrollo de espacio público?

En los años setenta, la ocupación y uso de espacios urbanos en desuso por parte del movimiento ciudadano mostraba la importancia de plantear un urbanismo que incorporara dos factores fundamentales como eran las personas y el tiempo: incorporar a las personas de una manera activa, mediante mecanismos que les permitieran participar indicando cuales eran sus necesidades y deseos; Incorporar el tiempo en el sentido de entender el urbanismo no como algo acabado y estático, sino como un proceso que permitiera la variación y la incorporación de nuevos elementos, y en ese sentido, transformarse e implementarse a lo largo del tiempo.

Es importante por lo tanto una ciudadanía activa que participe en la construcción de ciudad por medio de los espacios de inclusión propuestos desde arriba y también por medio de los suyos propios generados desde la base, los cuales permitirán además una participación “hacia dentro” y ayudarán a un empoderamoiento como colectivo y como un agente urbano más.

En este sentido, también sería importante fomentar la elaboración de planes populares y permitir su incorporación al urbanismo. La posibilidad de elaborar un plan popular, permite abrir un debate público a nivel de base sobre los distintos intereses que confluyen en la ciudad y el papel que debe desempeñar el vecindario en el proceso de transformación de la ciudad. La elaboración de un plan popular se convierte por lo tanto en un aprendizaje social que sienta las bases para poder, más adelante, elaborar una alternativa al planeamiento en su conjunto y por lo tanto al modelo de ciudad.

De hecho, el contenido de los planes populares supuso un indicador cuantitativo y cualitativo que sirvió para elaborar algunos de los programas políticos de las primeras legislaciones democráticas. En algunos de los programas y anteproyectos de los partidos políticos en Cataluña, a punto de ser aprobados en Marzo y Abril de 1976, encontramos un apartado que se refiere a la política urbana y que incorpora las reivindicaciones del movimiento vecinal  y en concreto propone la incorporación de los planes populares al urbanismo. Por ejemplo, la Organización Comunista de España, Bandera Roja, propone un “Planeamiento a nivel local y comarcal de los planes de urbanismo que deben tener como base los Planes Populares (que hoy están realizando las Asociaciones de Vecinos) recogiendo las necesidades de la población y participando en la ordenación del territorio” . El Partido del Trabajo de España también incluye en su programa político la siguiente cuestión: “Nosotros pensamos que un plan urbanístico debería ser un instrumento en manos del pueblo para solucionar y mejorar sus condiciones de vida y de trabajo, y para impulsar el desarrollo económico de la sociedad. Pero para ello un Plan debería hacerse en función de las necesidades sociales del pueblo, en función de una forma de vida justa poniendo las fuerzas productivas al servicio de estos objetivos, con una imagen distinta de la ciudad. Para ello haría falta que el Plan estuviera en manos de las masas populares y abordara todos los aspectos, desde los de ordenación del territorio, hasta lo que va a costar, cómo se va a pagar, cuándo se va a hacer lo que se necesita”.

Algunos espacios de inclusión en Barcelona desde 1969 a 1979
Imagen: Algunos espacios de inclusión en Barcelona desde 1969 a 1979, en base al mapa “Plans i projectes per a Barcelona: 1981-1982”, en AADD. Plans i projectes per a Barcelona: 1981-1982. Ajuntament Area d´Urbanisme, Barcelona 1983.